Muchas veces cuando nos planteamos dar un cambio en nuestras vidas damos algún, o muchos, traspiés a lo largo del camino hacia nuestros objetivos. En consulta a menudo vemos como esto se interpreta como un fracaso, y efectivamente, puede llevar a que nos frustremos y tiremos la toalla. Sin embargo, en Creando Cambios intentamos utilizar esas recaídas para aprender acerca de cómo se puede hacer mejor la próxima vez.
Algunos ejemplos clásicos son las prácticas saludables (dietas, entrenamientos, etc.), o en las relaciones de pareja (volver a llevarse bien, no discutir tanto). Recaemos un fin de semana cuando vemos a la familia, o en un cumpleaños, y la aparente falta de voluntad te mina la autoestima. ¿Te suena esto? Pues te animamos a darle la vuelta, identificando cuándo te pasaste de lo que te habías planteado, y viendo dónde no seguiste tu plan. A veces se trata de ver qué nos ha hecho caer en las viejas andadas, y antes de llegar a ese punto, remediarlo para la próxima vez. Si te han prohibido tomar azúcar, ¿puedes llevarte algún postre sin azúcar para no quedarte de brazos cruzados mirando como disfrutan los demás? Si te has propuesto discutir menos por el dinero y sueles estallar cuando estás cansado/a, ¿qué tal si haces algo para despejarte o descansar con tu pareja?
Otras veces las recaídas nos pueden servir para reevaluar nuestros objetivos; solemos querer cambios muy radicales. ¿De verdad quieres dejar de comer tarta el resto de tu vida? ¿Es realista jamás discutir otra vez con tu pareja? Pueden ser deseos legítimos a largo plazo, pero la vuelta a los viejos hábitos nos hace ver que tal vez nuestro objetivo ha sido muy ambicioso para empezar. Prueba a escalonar tus objetivos en pequeñas metas que te lleven en la dirección de tu objetivo final.
De cualquier forma, ya sea de una forma u otra estas recaídas nos pueden ayudar a que mañana sea un día mejor y a que aprendamos a ser expertos en cumplir nuestros objetivos.
Crea tu cambio.